Anoche tuvimos cena con amigos y hoy estoy de resaca emocional, porque lo bien que me siento cuando comparto tiempo con personas con las que puedo hablar de la vida intercambiando sensaciones y permitirme ser yo misma, es todo un tesoro. Además, Leo estaba feliz por tener a su amiguito en casa y disfrutar de unas horas de jugar y de reírse como sólo los niños saben hacerlo; con pura inocencia y despreocupación.
Y es que me he levantado adormilada y con un sentimiento de nostalgia profunda. A veces, cuando voy cumpliendo años, me doy cuenta de lo que me cuesta encontrar esos ratitos de ser yo en mi máximo esplendor. Reírme a carcajada limpia de mis propias tonterías, gastarnos bromas entre los amigos y ponerle esa guinda a la vida que a veces nos falta a los adultos es lo que lo hace especial.
El otro día una coachee (clienta de sesiones de coaching) me contaba que sentía que a sus 45 años había perdido la ilusión de los 30. Estuvimos toda la sesión valorando cómo estaba observando la vida actualmente y nos dábamos cuenta de que es imposible que las preferencias sean las mismas o que nos podamos manejar de la misma manera. Y en su caso no era tanto el hecho de haber perdido ilusión, sino que lo que estaba ahora haciendo, es ir moviéndose por temas más profundos, serios y de mayor embergadura personal, que quizá 15 años atrás.
Lo que antes no le preocupaba y pasaba por alto, ahora le estaba acechando y pidiendo a gritos ser atendido. Está trabajando un trauma, está emprendiendo un proyecto, es madre de dos hijos, está gestionando un tema familiar… es decir, lo que le preocupaba a los 30 dada su situación de aquél entonces, no era la misma que a día de hoy.
No es que ella no sea feliz o no tenga ilusión, al contrario, es que es adulta. Es una mujer que disfruta muchísimo con sus hijos y su familia pero desde la calma, desde el auto cuidado, desde la responsabilidad, desde la sensatez. Y lo hace de manera muy sana ya que está poniendo puntos sobre las íes, está organizando su espacio para que todo esté bien organizado y atado. No descuida lo importante y no se abruma con lo que no le llena. Está consiguiendo un equilibrio.
Haciendo una valoración de los años mozos, como lo quisimos llamar entre risas, nos dimos cuenta de que con esa edad, dentro de que es una edad maravillosa, los niveles de preocupación y de responsabilidad son menores si no tienes hijos o padres mayores, por ejemplo. Quizá puedas tener otros temas a tratar, que también los tuvo, pero la visión puede ser muy distinta. No se mira a la vida de igual manera.
Y esto es lo que a veces confundimos. La calma, serenidad, responsabilidad y detectar prioridades, es lo que nos hace pensar que estamos sin esa inocencia, alegría o ilusión de años atrás. Y no queridas, es sólo que somos más mujeres y sabemos muy bien lo que deseamos y queremos. Y si no es así, nos planteamos el serlo. NO es malo, es buenísimo. ¿O acaso en tus 30 eras igual que a tus 20?
Y esto me hizo que pensar. Siempre que termino una sesión me fijo y analizo mi vida. Y más si la persona que tengo frente a mi tiene una edad parecida. Y me doy cuenta que esto mismo también me pasa. Nada es lo mismo que cuando no tenía a Leo ni un proyecto como el de ahora, la vida me resultaba más sencilla y más difícil a la vez. Puesto que al igual que me imaginaba aportando lo máximo de mi al mundo y me frustraba por no lograrlo, ahora me doy cuenta son serenidad que puedo aportar lo máximo de mí al mundo de una persona y lejos de frustrarme, me hace feliz.
¿Qué opinas de todo esto? tú, ¿en qué momento te encuentras ahora? ¿también te pasa?
Mantra que me grabo a fuego esta semana es:
ABRAZO MIS 41 CON TERNURA
¿Qué le dirías a tu Yo de los 20 años?
¿Qué le dirías a tu Yo de los 30 años?
¿Qué le dirías a tu Yo de los 40?
¿Sientes que eres alegre, tienes ilusión y libre de preocupaciones?
¿Sientes que estás serena, con calma y en equilibrio?
¿Qué te propones ahora en este momento?
¿Cuál es tu mantra de esta semana?
¿Sabíais que muchas personas sufren Migrañas y no saben de qué vienen y piensan que no se pueden eliminar?
Todo esto viene de las preocupaciones y del estrés que nos generamos día a día alargado en el tiempo. Mucho tiene que ver con la falta de amor propio y de estar siempre para los demás antes que para una misma. Y esto es lo que genera este tipo de patología que produce tanto dolor y malestar durante días.
Mi madre es una de las personas a las que he visto sufrir muchísimo por ello y desde hace años se toma el “pastillón” como lo llamamos entre nosotras porque no puede soportar el dolor. Así que, tras verlo tan de cerca en mi vida, nos propusimos Jandro y yo invitar al Podcast a Marta Gonzalez, Experta en Migrañas para que pudiésemos hablar de este tema que afecta a tanta gente en el mundo y para la que parece, no hay remedio aparente. Y chicas, nada más lejos de la realidad.
Marta nos ofrece una bocanada de aire fresco y de esperanza sobre cómo gestionar la Migraña desde un lado súper amoroso y dulce, como es ella.
Estoy segura que os va a encantar. ¡A disfrutarlo!
Os abrazo fuerte.
PD: SESIONES 1-1 CONMIGO AQUÍ — SI QUIERES EMPEZAR POR ALGO, EMPIEZA POR TI
Ay Noelia, a mi Yo de los 20,30 y 40 ojalá le hubiera podido decir entonces; Disfruta del camino, sigue tu intuición, a los 60 sentirás la verdadera plenitud, despertarás tranquila, seguirás con el proyecto profesional que comenzaste a los 45, dando un giro total a tu vida, y agradecerás todos, todos los cambios que tanto pavor te produjeron en aquellos momentos, y tanto sueño te arrebataron...Confía en la vida.