Hace ya algunos años yo también sufría por amor.
Me dejé a la merced de lo que la otra persona quisiera hacer conmigo, sintiendo un enorme vacío por dentro.
Recuerdo que un día en el metro de Madrid escribí en la famosa plataforma de Facebook lo siguiente: “Ella en la sombra gritaba en silencio”. Todo esto lo hacía mientras miraba a mi ex pareja chatear por whatssap con vete a saber quién.
Las infidelidades eran constantes y yo cada vez me sentía más pequeña Y os digo que cuando estás en una situación así, tu personalidad se desvanece. Sientes una enorme presión en tu cabeza que grita por los cuatro costados cosas diferentes.
Por un lado, el deseo de creerle y de pensar que es imposible que alguien que te ama y respeta, pueda hacerte algo asi. Por otro lado, las constantes afirmaciones de mi pareja que decía lo mucho que me quería y que jamás me haría daño. También aquello de “estás loca, ¿cómo puedes pensar eso de mi?”. Mirar el movil era un hábito adquirido como si desayunar se tratase, intentando encontrar algún mensaje o dato que me hiciese desenmascarar a quien tenía al lado. Que confirmase que mi cabeza regía estupendamente y que nada de lo que realmente “veía”, me había inventado.
Pero por mucho que encontraba, que os garantizo era MUCHO, podía corroborarlo porque siempre había ese atisbo de duda y de cara de cordero degollado afirmando vilmente que él jamás me haría daño.
Y es así, cuando más en la sombra te encuentras. Cuando más en el pozo sin salida ves que hay luz. Y dirás, “si tan mal estabas… ¿por qué no lo dejaste?”.
Bien, os diré que todo lo que tienes a tu alrededor influye. Influye estar en una ciudad diferente a la tuya sin tu familia cerca. Influye no tener un trabajo en que te sientas realizada sino todo lo contrario… en el que tu autoestima está dependiendo de un hilo tras haber estudiado carrera y media, un máster y sabiendo hablar inglés (claro, todo esto parecía que me daría estabilidad pero muy lejos de la realidad) y también influye una cosa muy importante y que hoy en día vemos mucho. En primer lugar, que cuando estás con una persona en una relación sentimental es porque esa relación, obviamente, tiene cosas bonitas. Es una relación en la que también te sientes feliz en los momentos buenos. Una relación que posiblemente los primeros años fuera mágicos y el amor que sientes hacia esa persona “sólo ambos saben lo que tienen entre ellos”. Una relación también se basa, en muchas ocasiones, de dependencia emocional y aunque en mi caso, consideraba que realmente era una persona fuerte… quizá el patrón que estaba eligiendo era el patrón de protector por mis infinitos traumas de mi infancia. Yo en mi caso, quizá por el hecho de sentirme querida y protegida dado que había sufrido esa sensación de abandono siendo niña.
Todo esto lo cuento porque efectivamente, cuando alguien está en una relación y observas que sufre o que “idealiza” a la otra parte, viene posiblemente condicionada por muchos muchos factores que desconocemos y que es importante que no juzguemos.
Hace poco estuve con un amigo que lo está pasando mal. Somos adultos, con hijos y piensas, muchas veces, que situaciones de dolor tan intenso y de permisibilidad se da sólo en los 20 o como mucho 30… y para nada. Hablando con él viajé a mi pasado y pude ver el dolor tan tremendo que puede tener por la traición y la sensación de miedo e incertidumbre que se te crea cuando alguien al que quieres tanto, te das cuenta que no conoces en absoluto.
Mi único consejo, si se puede llamar así, fue que comenzase de cero. Que se marcara un objetivo que realmente a él le hiciese feliz. Que no tratase de entender por qué la otra parte había hecho eso y que mucho menos idealizase su persona. Porque al final, todos somos seres humanos con nuestras luces y nuestras sombras. Lo único que tienes que observar es, que si sus sombras te están dañando como el caso de mi amigo… no debes derramar ni tiempo ni energía en alguien que, a tu juicio, no lo merece.
No soy nadie para decir que todo se va a solucionar o que tengo la varita mágica para que todo se resuelva de la mejor manera posible. Pero sí sé a ciencia cierta, que cada situación es muy diferente, que cada persona es distinta…. cada uno de nosotros tenemos el umbral del dolor en diferentes grados. Y cada una de nosotras, tenemos diferentes situaciones personales que nos llevan a comportarnos de distintas maneras. Entender a todo el mundo, es imposible.
Así que, como la única forma que tienes de poder seguir adelante es, entendiéndote a tí misma… qué mejor manera que empezar de nuevo y replantearte nuevos objetivos.
Si no puedes sola/o, acompáñate de terapia y de lo que necesites en ese instante para no perder el equilibrio de tu vida. Y empieza a hacerte preguntas hacia dentro en las que sí tengas el poder de responderte. Comienza a amarte a ti misma/o más que a la otra persona a la que tanto has idealizado. Y sobre todo, y esta parte seguramente no te guste absolutamente nada, SANA tu herida desde el perdón. Todos acarrean mochilas en su espalda y desgraciadamente no todas las personas saben transportarlas debidamente, Practicar la compasión te hará ver la situación desde un lado más amable. Y ¡ojo! sanar y perdonar no es equivalente a mantener esa persona al lado, sino, simplemente por lo bonito que habéis tenido y las cosas especiales que habéis compartido, dejarla a un ladito de tu corazón para no mirarla desde la rabia y el odio, sino desde la compasión. Verás que funciona.
Así que, tras pensar en cómo yo solventé mi situación para empatizar con mi amigo. Observé la cantidad de cosas que he logrado por mi misma cuando salí de una relación así. Lo pletórica y feliz que se siente una cuando finaliza algo que te hace sentir tan mal.
Hoy el mantra que me grabo a fuego es:
“CONTINÚA DESDE LA COMPASIÓN. SOLO TÚ TIENES LA RESPUESTA”
Y una de las cosas que a mi me ayudó mucho a recuperarme de esa sensación de inestabilidad fue un viaje enorme que hice a Asia. Estuve allí casi 6 meses y fue una experiencia increíble.
Todo el mundo debería vivir una experiencia de ese tipo. En mi viaje estuve en un retiro de Yoga maravilloso en Thailandia y fue el inicio de esa aventura que tan marcada me dejó. Solté, lloré y reí a partes iguales.
Así que, dado que sé con certeza que una experiencia así y un retiro puede hacerte tener un antes y un después en tu vida… no dudé en consultar a mi querida SOFÍA ROMANO, Profesora de Yoga y Meditación que hace unos retiros impresionantes por todo el mundo, que viniese al Podcast a hablarnos un poco de esa experiencia tan apasionante para todo ser humano… y también sobre cómo es la vida Nómada que lleva. Un amor de chica con la que tengo una conexión más que especial.
Os dejo el enlace de su Instagram para que podáis ver las maravillas que prepara.
Y aquí os comparto el Podcast que hicimos en Barcelona que no pudo ser más bonito.
Disfrutamos como enanas y nos caimos tan bien en persona como tenía pinta desde hace años por Instagram.
En Octubre quizá y si todo va bien, me uno a su retiro de Sahara! Deseando probar ese silencio del Desierto y poder saborear una experiencia de este tipo con el mejor equipo. Porque ella y su equipo son excepcionales.
Me despido con mi infusión de Poleo Menta deseando volver a tener esta charla Zen.
Por cierto, prontito habrá CAFÉ VIRTUAL. ¿Te apuntas?
Me ha encantado Noelia. Me he identificado mucho con muchas cosas. Es verdad que las heridas de la infancia marcan mucho y es imprescindible que sanarlas.
🙏🏼GRACIAS por todo el contenido que compartes me ayuda mucho, al igual que tus clases y talleres de Yoga. Mi Mente ha cambiado mucho desde que practico.
NAMASTÉ🧘🏼♀️