Estos días he estado procesando las sesiones de Coaching que he tenido. Cada una de ellas muy diferentes entre sí pero a la vez con un hilo de unión que no era otro que la indecisión.
Nos cuesta tomar decisiones que sabemos que pueden beneficiar en muchos campos pero una gran repercusión en otros. Y es curioso como la vida siempre te hace elegir y tomar decisiones importantes sabiendo que por un motivo u otro, hay algo que siempre vas a perder. Sea lo que sea todo se basa en ponerlo en una balanza y saber qué es lo que pesa más.
En el tema de los trabajos: siempre habrá una estabilidad, una recompensa económica, un “sentirse valorada” quizá, un “me conozco la historia”, un “voy a echar de menos a mis compis”, un “qué pasará si lo otro no funciona?”…
En el tema de relaciones sentimentales: siempre habrá algo que te motive y guste, algo que te ilusione, siempre habrá algo de tu pareja que te enamore, algo que vayas a echar de menos si lo dejas…
En el tema de relaciones amistosas: siempre habrá anécdotas que contar, personas que han estado en tus momentos difíciles, personas que han crecido contigo…
En el tema familiar: siempre está aquello de “es de mi sangre”, lo de “la familia está para lo bueno y lo malo…”, lo de “es que me han dado la vida”…
Todo, absolutamente todo, tiene su lado positivo, un lado que nos engancha y absorbe fuertemente. Lo difícil aquí es mantener la mente clara y las ideas firmes para tomar ciertas decisiones cuando vemos que nos están perjudicando.
¿Cómo podemos saber eso? Os contaré algo que me sucedió a mí hace algunos años.
Yo trabajaba en una reconocida marca de Ortodoncia como Responsable Comercial. Un trabajo que de primeras nunca me ha gustado pero que me proporcionaba muchísima seguridad y estabilidad. Un muy buen ambiente de trabajo, un salario bastante apetecible, una seguridad con puesto fijo y un reconocimiento por parte de mis superiores. Todo parecía estar en la balanza de “no lo dejes ni de coña”.
En ese momento me encontraba viviendo en Madrid, una ciudad bastante cara, y ese trabajo me permitía vivir con mi pareja de entonces en un pisito en el centro… algo que parecía idílico. Tenía una excelente relación con mis compañeras que se convirtieron en amigas… y un horario perfecto para irme a ver a mi familia los fines de semana a Benidorm. Imaginaos la sensación de tranquilidad que esto me generaba.
¿Qué ocurre? que desde el minuto cero, no sólo con ese trabajo sino con los demás también… mi tripa insistía en que ese no era mi camino..Se manifestaba en estados de ánimo bajos, de inseguridades, de malestar generalizada, de conformismo… y eso a la larga iba a explotar por algún lado. Y es que yo tenía un perfil muy social, muy analítico, muy psicológico… de hecho, soy Diplomada en Trabajo Social y estaba en un camino totalmente diferente. Vamos, que eso iba a petar por algún sitio, seguro.
Por otro lado llevaba mucho tiempo en la relación de pareja, y al igual que con los trabajos con los que me conformaba, aceptaba y cedía… con mi ex era lo mismo. Conformismo y aceptación de sus infidelidades y faltas de respeto. Pero claro, era él… el supuestamente amor de mi vida, con el que había compartido tantas tantas cosas…
¿Qué hizo la vida? Si tu no tomas una decisión, haré yo que la tomes… no te preocupes.
Y en el 2015 mi relación sentimental se desmoronó de la peor manera posible (ya os contaré esta parte algún día) lo que hizo que me cuestionase seriamente mi vida en ese momento. El vacío que se me generó fue tremendo al ver que en lo que me podía refugiar que fuese estable era el trabajo y precisamente era eso lo que menos me gustaba de todo…así que pasé una crisis existencial potente. Me dediqué a trabajarme personalmente en terapia, aproveché el tiempo libre para salir con la gente que me acompañaba y quería, viajé lo máximo posible, practiqué yoga y continué disfrutando para mantener en equilibrio mi mente y tomar una decisión que llevaba postergando desde años y años atrás.
Y no fue otra cosa que dejar mi trabajo y cumplir un sueño. Vivir una experiencia en Asia.
Imaginaos la cantidad de preguntas, dudas, incertidumbre que tenía encima. Recordad que vivía en la capital y dejarlo todo para irme a vivir a un continente distinto al mío sin billete de vuelta, no era una decisión que pudiese tomar a la ligera. Era enfrentarme a grandes miedos. Recuerdo temblar al anunciar mi baja voluntaria en la empresa. Lloré todo lo que necesité. Me cuestioné muchísimo y hacía que todo el tiempo mi atención se dirigiese a mi tripa. ¿Qué me decía? ¿Era feliz con la situación que tenía en ese momento? Todo el tiempo la respuesta era NO.
Creo que a veces nos tapamos los ojos para no ver lo infelices que somos. Vamos poniendo parches a través del conformismo por no enfrentarnos a nuestros miedos más profundos, aún a sabiendas que el lugar donde estamos no nos produce ningún beneficio. Por eso, en mi caso, acepté tener una relación sentimental mediocre y un trabajo que nada tenía que ver conmigo.
¿Os ha sucedido u os está sucediendo esto? Comencemos por el mantra de la semana:
“ Escucho mi respuesta y le doy el valor que merece”
¿Cuántas veces nos conformamos cuando realmente no queremos?
¿Cuántas veces sabemos que estamos en una relación que no nos conviene? pero claro, es que es él
¿Cuántas veces no hemos tomado decisiones porque la respuesta genera mucho miedo?
¿Cuántas veces te has arrepentido?
Piensa ¿qué es lo que más desearías en este momento?
Siempre estaré encantada de escucharos. De poder hablar un ratito por privado. De conoceros y saber qué sentís. Es placer absoluto para mi aportaros mi granito de arena aunque el mérito siempre sea vuestro.
Tengo que agradecer enormemente a las personitas que os abrís a mi y solicitáis sesiones conmigo. No hay mayor regalo.
Y cambiando un poquito de tema aunque sí que va algo ligado ya que se trata de mi trabajo actual que tan feliz me hace… el podcast viene cargadito de invitados/as que nos van a aportar conocimientos e información súper valiosa.
Sabéis que la temática del podccast es Desarrollo Personal, Espiritualidad y Salud… y en esta ocasión, algo que a mi me ha afectado desde niña … es la garganta y la sinusitis.
Así que, como creo que es un tema que nos afecta y nos dificulta en nuestro día a día, le pedí a mi Otorrinolaringólogo que viniese al podcast. Lino Enguidanos es un gran profesional que además nos cuenta de manera super sencilla las repercusiones y los beneficios que obtenemos al cuidar como es debido nuestro sistema respiratorio superior.
Los oídos, las fosas nasales y la garganta son tres zonas cruciales para mantener una buena calidad de vida.
No te lo pierdas porque desde luego que te va a interesar.
Os abrazo fuerte.
¡NOS VEMOS EN ZENVIBES STUDIO!
Y si quieres el Curso de Autoconocimiento impartido por Ana Rizo, Psicóloga y yo Experta en Coaching Personal y PNL….