Hoy cumplo 41 años
Hoy hace 41 años que nací en Alicante. Sí, ¡es mi cumpleaños!
Mi madre siempre me cuenta que soy así de tozuda (no sé a qué se refiere esta mujer jaja) porque nací de culo. Palabras textuales- DE CULO. De nalgas, diría la matrona. Pero mi madre siempre ha bromeado con esta experiencia que lejos de ser agradable para ella, siempre ha sentido que ha sido condicionante para mi carácter de hoy. Quizá ahora estos casos se visualizan de forma más natural porque hay muchos más medios que antes. Antiguamente (dios qué mal suena eso) cuando esto ocurría, condicionas a la madre a dar todo de sí misma para poder hacer nacer a una criatura sana y salva. Gracias mamá.
El caso es que aquí me encuentro, escribiendo estas líneas a 600 personas. Con una gran felicidad que me recorre el cuerpo y algo de resfriado, todo hay que decirlo. Pero agradecida por esta Comunidad tan bonita que estamos creando de sintonía y de unión fuerte hacia el mismo camino. CONOCERSE.
Os diré que no siempre he estado así. Hoy lo hablaba con mi madre. La cantidad de veces que he sufrido por patrones, heridas, trabajos, miedos… y por no escucharme y no saber qué es lo que me hacía estar así. Creo que todo esto, se va creando a base de trabajo constante y que al final, se llega a todo. Y he de deciros que una de las grandes conclusiones a las que llegas es que, lo importante aquí es respetar-se. Una vez logras entender esto (con guión incluido) es cuando todo comienza a ir rodado.
Desde bien pequeña, recuerdo coger la vieja grabadora de mi hermano y grabarme en cintas de cassette hablando de mis inquietudes, preocupaciones, anécdotas con amigas, etc … Algunos años después, recuerdo escuchar en una de las cintas, que yo de mayor quería ser actriz o periodista. Que me gustaba mucho hablar y la gente. Que quería comunicar y transmitir a los demás (esto último con otras palabras) . Y aunque ahí no era muy consciente de lo que eso significaba, a día de hoy lo veo con una claridad brutal: siempre he querido transmitir, comunicar y acompañar.
La vida te va a haciendo aprender. Tras la separación de mis padres a los 10 años y después de lo difícil que fue todo en ese momento, reconozco que tuve una gran capacidad de análisis, de cuidar y acompañar a mi madre desde el amor más profundo y de procesar mis sentimientos sin saber muy bien qué me estaba ocurriendo, pero sobre todo de saber agradecer, en mayúsculas, que mi madre tomase esa decisión. ¿Increible? depende. Depende de lo que una niña de 10 años haya vivido en su casa y de lo justo o injusto que le parezca una situación que observa diariamente.
Nunca sabes cómo el ser humano es capaz de comprender y de procesar una vivencia. Eran mis ojos, era mi percepción. Pero era a mi a la que le estaba ocurriendo. Y gracias a cómo soy y cómo fui en ese momento, de capaz, de madura para la edad que tenía y de buena personita, logré gestionar todo ese proceso tan complicado de manera que me dejase las menos secuelas posibles. Obviamente, mi madre tuvo mucho que ver en ello. Qué difícil es el papel de una madre en estos casos.
A los 10 años acepté la nueva pareja de mi madre. Que con sus diferentes maneras de ver la vida y exigencias, no fue nada sencillo. Veníamos de algo muy distinto. Y a día de hoy, le quiero y amo profundamente, pero no fue nada fácil. Sobre todo para mi hermano que era algo más mayor que yo y en plena adolescencia, que aún cuesta mucho más de digerir. Pero gracias a él, tengo sabios consejos, he aprendido valores y principios y gracias a él tuve un padre ya que el biológico no quiso saber nada más de sus funciones como tal. Y aunque suene duro decir esto y me esté abriendo en canal a las 600 personas que sois. Gracias, fue lo mejor que hiciste, mamá.
Mi adolescencia tuvo sus más y sus menos. Pero en el fondo fui feliz. No me llegué a desviar, ni tuve etapas que considero a día de hoy perjudiciales para mi. Seguía con mi tozudez pronunciada y eso lo reflejaba en mis contestaciones, malas maneras y lágrimas a borbotones… seguramente fruto de lo que pasé en mi niñez. Claro, siendo adolescente aún no eres lo suficientemente madura para saber todo esto para trabajar y ponerle remedio. De eso ya se encargó mi madre llevándome a un psicólogo. Que gracias a él, logré ver más allá de ese bloqueo mental que tenía apoderándose de mi raciocinio.Bendita terapia.
Esto no me quitó de elegir patrones que fueron realmente perjudiciales para mi. Parecía a mis 18 años saber lo que realmente quería, pero las relaciones que mantenía me generaban dependencia emocional. Quizá por ese abandono repentino y ese apego al lado masculino que me había perdido. Que alguien me quisiera y me abrazara sentimentalmente hablando, me bastaba para aceptar cualquier cosa. Entre ellas, rechazo, infidelidades, mentiras, desprecios… todo eso lo pasaba por alto y lo aceptaba con tal de volver a estar bien y volver al cariño, amor y abrazos que teníamos en la relación de vez en cuando. No era justo para mi, no merecía eso. Yo ni nadie.
Hasta que entendí que si yo misma no me quería, nunca lo iba a hacer nadie. Ni yo tampoco podría ofrecer amor real a mi pareja. Era una cadena sin fin.
He aceptado durante toda mi etapa adulta, muchas amistades perjudiciales y que me generaban toxicidad (que no tóxicas), trabajos que me han hundido en la escasez económica y robado el tiempo. He tenido que superar momentos difíciles y he tenido momentos tremendamente felices. He tenido momentos de mierda con parejas o “amiguitos especiales” y momentos tremendamente maravillosos y cargados de pasión.
Durante mi camino he sido MUY rica en amigas/os que a día de hoy conservo y amo profundamente. Y también he tenido que marcar algún que otro límite.
Y por supuesto, he tenido una familia atípica maravillosa y he creado otra que es parte de mi alma.
Desde luego, que a mis 41 años no me ha faltado nada ni me ha sobrado tampoco. Tal y como ha sido, ha sido perfecta.
Y ¿sabéis qué? no recuerdo que no haya habido un día, que no me haya trabajado, en mayor o menor medida, personalmente. Así que, si deseáis un mantra esta semana, sólo os diré:
“ME QUIERO MUCHO”
Gracias por estar.
Gracias por acompañarme en este camino.
Gracias, tú eres parte importante de esta historia.
Gracias por trabajarte, porque la sociedad unida es lo más bonito y más productivo que existe.
Gracias por respetar-te.
GRACIAS
GRACIAS
GRACIAS.
Os abrazo fuerte.
P.D: A partir de Enero muchas ya nos ponemos las pilas a trabajar en nosotras. Y como quería que fuese alcanzable para todas… aquí os dejo el programa “Salto al bienestar” en un formato más sencillo, más sostenible y más al alcance de todas… por si queréis daros estas navidades ese autoregalito o regalar a alguien que quieras mucho.
Si prefieres Sesiones 1-1 para comenzar el año a tope de power… ya sabes, escríbeme un email a hola@noeliazenvibes.com.
¡Nos vemos dentro!