Hay muy pocos seres de luz, diría que 4 contados y da gracias. Y no se encuentran precisamente en Occidente donde el Ego y el ruido son nuestros mayores aliados.
Digo aliados porque inevitablemente estamos introducidos en esa rueda en la que cuánto más hagas y cuánto más éxito tengas, mejor valorado estás. Y qué triste.
No me voy a excluir porque muchas veces, sin querer, peco de hacer caso al Ego. Sin ir más lejos, el miedo al qué dirán o a exponerse es un claro ejemplo de que tu Ego te está constantemente bombardeando la cabeza de … “tienes que ser mejor y que no se rían o hablen de ti” fuera a parte de muchas otras cosas que vienen implícitas en esos miedos, claro.
Es agobiante y asfixiante cómo estamos todo el tiempo observando a seres de luz que te indican qué camino tomar como si de gurús se tratasen. En mi caso, creo en pocos gurús por no decir en ninguno, y no pasa nada. Sí creo en los Maestros que realmente viven y sienten ese camino, pero precisamente son ellos los que ni siquiera se califican como tal. Me limito a viajar a mi interior y observar qué cosas me hacen mal y por qué actúo de determinadas maneras. Y siempre considero que la bondad debe ir por encima de todo para que los seres humanos nos respetemos y vivamos dignamente en sociedad.
A veces me topo con decepciones, es normal. Personas en las que confías y te das cuenta de que no son como esperabas. Personas que predican de ser guías para tu transformación y en el fondo se creen superior a ti. No por favor, no hagamos eso.
No somos superiores a nadie. Ni por mucho que tengamos un trabajo de le leche, ni porque tengamos más dinero o porque hagamos cosas maravillosas. Cualquier ser humano es digno de recibir amor y respeto a partes iguales y no sentirse que le miran por encima del hombro.
Sé que a veces las actuaciones se hacen sin pensar, o sin pretender dañar a nadie y sin embargo se hace. Estos casos son los más complejos porque realmente crees ser una buena persona, y seguramente lo seas, pero no te das cuenta de lo mucho que tu Ego te está gritando. Es lo que os decía al inicio de este email, lo llevamos implícito.
Para mí, el Meditar y hacer Yoga son herramientas súper útiles como os he dicho cientos de veces, pero no son suficientes. No creas que por hacer dos horas a la semana Yoga o meditar 5 minutos en tu día a día vas a conseguir ser un Ser de luz. No es real. Tenemos que visualizarnos en todos nuestros escenarios, que no son pocos. Y ser conscientes de las miles de “mierdas” que llevamos a cuestas por experiencias que hemos vivido y lo mucho que nos han condicionado. Así que, no querida, el trabajo es arduo y es más. tienes que querer trabajar en algo que es lo más valioso que tienes: TÚ.
Y hay muchas maneras de llegar a ello… pero sobre todo, para mí la más efectiva es preguntarte cada día ¿para qué estoy haciendo esto?. No tanto el POR QUÉ. Ya que la respuesta del por qué, te lleva a una contestación más personal e individualizada. Sin embargo el para qué, te lleva a la consecuencia de tu actuación. Algo que no sólo te afecta a ti, sino también al mundo. ¿Qué quieres aportar tú al mundo?
Si quieres ser tu mejor versión, hay que empezar por hacerse preguntas. ¡ojo! tu mejor versión no quiere decir “ser perfecta”.
El mantra que me grabo a fuego esta semana es:
“No soy ser de luz. Soy un ser humilde de luces, sombras y grises”
Aceptar que no siempre se puede estar bien, es un paso.
Aceptar que no todas las personas van a actuar como queremos o esperamos, es un paso.
Comenzar a hacerte preguntas que te lleven a respuestas poderosas, es un paso.
El buscar todos los para qués posibles, es un paso.
Empezar a realizar acciones con la visión y conocimiento de la repercusión que puede llevar al mundo, es un paso.
Con el mundo me refiero al resto de seres humanos. E incluso, a la madre tierra. A nuestros animales, a nuestras flores, a todo lo que tenemos alrededor.
Tus actuaciones tienen gran impacto. Siente antes de actuar.
Y una persona que ha meditado en todas estas cosas y que nos habla profundamente de la “rabia” que le da los seres de luz que venden un postureo más que una práctica consciente, profunda y súper potente, es ANA ALBORS. Ella vino al podcast a compartir su enorme experiencia en India. Después de vivir más de cuatro años allí, instruirse con los mejores maestros en la cuna del Yoga que es Rishikesh, hacer un viaje largo por los Himalayas, conversando y viviendo experiencias con Sadhus… nos cuenta su experiencia de una manera real, única y muy muy muy especial.
Su libro maravilloso de “Lo que India me enseñó. Crónicas yóguicas” me parece una joya y recomiendo encarecidamente que lo compréis si os apetece de verdad conocer la filosofía de esta práctica milenaria, con vídeos sobre clases, entrevistas, experiencias, fotos… y muchas cosas más que de una manera sencilla te introduce en India deseando al leer sus páginas estar allí y saborear la maravillosa esfera que envuelve a este país tan espectacular como caótico.
Os he añadido el enlace de Amazon pero en La casa del Libro también lo podéis solicitar.
Espero que este vídeo podcast con mi querida Ana, no sólo os guste sino también os nutra, os inspire y os ayude a reflexionar sobre la esencia real y pura de lo que es un ser humano.
Yo simplemente no tengo palabras. Amo esta conversación y a esta mujer cargada de verdad.
Os abrazo fuerte.
En este mundo lleno de distracciones, ya somos afortunados aquellos que podemos dedicarnos este pequeño tiempo.
Gracias una vez más por estos aprendizajes 🫶🏽