ME IMPORTA BIEN POCO ¿Y A TI?
El otro día me estaba acordando de cuando era más joven y mis amigos se metían conmigo por ser “moñas”. Desde pequeña recuerdo irme de la plaza donde me juntaba con mi grupete y siempre les decía “un besín”; mi amiga Marina aún recuerda esos momentos con ternura.
Siempre he sido súper cariñosa con mi madre y con las personas que tenía alrededor, con mis parejas también, obvio. Pero hubo una edad en la que te convertías en “moñas”. Y eso, no estaba tan bien visto.
Yo me negaba a cambiar, me negaba a sentirme avergonzada por algo que llevaba tan innato en mí desde bien pequeña. Pero es cierto que los comentarios de este tipo y a esas edades, te condicionan. Hubo un momento en el que mi madre me llegó a decir “¿qué te ha pasado? ya no eres cariñosa”. Y me dolió en el alma.
Lo mismo me ocurría con las Redes Sociales. Recuerdo a mis 15 o 16 años que comenzó este boom que a día de hoy se ha convertido en algo imprescindible en nuestras vidas: los chats, ir a los recreativos que tenían una pequeña sala con ordenadores y ponerme de Nick “África16” para hablar con desconocidos y contarnos nuestras vidas. Algunas de mis amigas acabaron con novio. Era como un Tinder inocente.
Me encantaba indagar por la red sobre cómo funcionaba todo y me gustaba un montón entablar conversación con gente que no conocía, siempre con prudencia. Y cuando llegó el My Space de Messenger, ahí estaba yo llenando de fotos y de frases célebres mi muro para mantener viva esa llama de todo eso que acababa de revolucionar el planeta.
El caso es que a mi las Redes Sociales siempre me han flipado. Me parece súper curioso todo el avance que han tenido y cómo hemos conseguido muchísimas cosas a través de ellas. Lo único que veo malo, es que si no lo haces con prudencia y un uso adecuado de ellas, puede generar muchas consecuencias. Pero si esto último lo lleváis con coherencia y responsabilidad, es una herramienta súper poderosa en muchos niveles, además de divertida.
Pues bien, con esto también fui criticada. Que si ponía muchas cosas sobre mi, que si madre mía vaya fotos, que si las frasecitas eran demasiado “moñas” claro, que si no cuente mi vida… en fin, estaba bombardeada por comentarios de todo tipo por simplemente SER YO MISMA.
¿Os fijáis cómo es muy fácil entrar en esa rueda de consentir tonterías y de menospreciar tu persona con las típicas bromas que realmente no son bromas? Lo peor de todo es que una parte de mi creía que era tonta y ellos súper guays porque colgaban sólo algunas fotos creativas del amanecer, de aquello que se consideraba “retro”, o fumando despeinadas en un parque con las Converse. Eso era lo “guay” y yo una “moñas” colgando lo mucho que amaba a los demás. Absurdo.
El caso, con esto quiero decir, que lejos de hacer lo que hacen los demás y muy lejos de criticar lo que hacen ellos yo seguí en mis trece de mantener mi conexión en redes como siempre he hecho. Cierto es que desde hace algunos años soy muy cuidadosa con mi vida privada pero por un simple motivo, no me apetece mostrar lo que hago cada hora y cada minuto. No me parece ni mejor ni peor, simplemente no quiero vivir atada al móvil de esa manera.
Digo de esa manera porque por mi trabajo, inevitablemente a veces lo estoy. Pero os diré que, a día de hoy, mantener una relación sana con las RRSS es posible. Y eso precisamente es lo que me gustaría inculcar a Leo el día de mañana. Para que de forma consciente, pueda manejar todo lo que quiera sin importarle lo que digan los demás y sin tener consecuencias negativas en su vida personal.
Creo que el mundo digital está cada vez más en auge. Ayer una mujer que me sacó sangre para una analítica me preguntó que qué consejo le daría a su hija que está en edad de elegir qué estudiar. Le dije que desconociendo los valores y los gustos de su hija, dirigirse hacia estos campos puede ser una muy buena opción. Pero el mejor consejo que le podía dar era que su hija hiciese lo que realmente deseara. SER ELLA MISMA.
Esta semana he tenido dos noticias: una triste y una preocupante. Las dos externas a mi y las dos me tocan el corazón. Esto me hace plantearme el cómo gestionamos nuestra vida y cómo queremos realmente vivirla ¿desde el corazón? ¿desde la razón? ¿desde me importa un pie lo que digan y piensen los demás de mi?
Chicas, yo hoy declaro aquí que voy a hacer LO QUE ME SALGA DEL PIE ¿os unís?
Mantra que me grabo a fuego esta semana es:
HAGO LO QUE ME SALE DEL PIE
¿Cuántas veces os habéis planteado grabaros este mantra y aplicarlo en vuestro día a día?
¿Soléis hacerlo a menudo? eres mi ídolo, a veces a mi me cuesta
¿Estás invirtiendo tu tiempo en RRSS viendo reels de entretenimiento o disfrutando de esta plataforma a tu beneficio propio?
¿Cuánto tiempo inviertes en “malgastar” horas?
¿Qué cambio te propones esta semana? creo que esta pregunta voy a hacerla en todas las Newsletters. Esa y la de:
¿Qué decisión has postergado y vas a tomar YA?
Y muchas, a día de hoy, están planteándose una decisión muy importante y nada fácil: el Divorcio. Un proceso nada agradable pero que a veces es necesario.
De esto precisamente es de lo que hablo con mi invitada a Zenvibes Podcast. Elena Crespo es Abogada Especializada en Divorcios. Un temazo que creo que nos interesa a todas en mayor o menor medida, puesto que si no estamos ahora en este proceso, o lo hemos estado, lo podemos llegar a estar. Así que, por si las moscas coged papel y boli y no os perdáis ni un sólo detalle porque no tiene desperdicio.
Espero que os guste y aporte tanto como me gustó y aportó a mi.
Os abrazo fuerte.
PD: SESIONES 1-1 CONMIGO AQUÍ → SI QUIERES EMPEZAR POR ALGO, EMPIEZA POR TI