Esta semana me está volando la cabeza. Esa es la frase con la que voy caminando a lo largo de estos días y se lo voy contando a Jandro sonriendo mientras ando por casa. ¿Por qué? Por varias razones y muy diferentes entre ellas.
He estado reunida por temas de trabajo con diferentes personas con las que he podido entablar conversaciones súper interesantes y a la vez, sentirme muy entendida y cómoda observando la importancia que tiene rodearte de gente que te nutra. Mi actitud es distinta.
Esto no quiere decir que porque tengas personas a tu alrededor afines a ti, tengas que dejar de lado las que quizá no lo sean tanto pero sí las quieres porque son personas vitamina de otra manera. Creo que el crear círculos diferentes dentro de tu núcleo de amistades y compañeras de trabajo, es importante. Con unas te enriquecerás de una manera y con otras de otra forma. Y todo es genial.
El caso es que la primera reunión la tuve la semana pasada. Horas de café, de risas, de intensidad en cada palabra. Una sensación de compatibilidad absoluta.
Siguiente reunión el pedazo de podcast que nos marcamos Ana Ruiz y yo que os dejaré por aquí para que podáis verlo por vosotras mismas. Sensación plena al aprender con una pedazo de mujer toda la importancia de la nutrición en nuestro Sistema Hormonal. No pudo volarme más el cerebro en ese momento. De hecho, se me nota. Maravilloso.
Siguiente reunión con mi querida amiga Julia. Una profesional como la copa de un pino como Coach especializada en emprendimiento y con la que mantengo conversaciones largas y profundas desde el año 2017 cuando nos conocimos en Nepal y nuestra frase final antes de que cogiese su moto para volver a casa fue “tu y yo vamos a hacer buenas migas”. No se equivocó en absoluto. Y es una persona, que desde el minuto cero se ha mantenido a mi lado tanto para lo bueno como para lo malo. Me ha hecho ver muchas veces lo difícil de cada cosa y lo bueno de ello. Mujer que me hace poner foco en todos los aspectos de mi vida, y en esta ocasión también foco a nivel profesional. Gracias Julia (que sé que me estarás leyendo) eres un regalo para mi, amiga.
Siguiente pelotazo en mi cabeza… el Taller maravilloso que me he cascado de la Neurocientífica Nazaret Castellanos. Investigadora de la importancia que tiene la Meditación en nuestro cerebro. Haciéndome ver lo interesante que es saber de qué manera influye positivamente la respiración voluntaria e inhalando por la nariz y nuestro corazón, en nuestro cerebro. Y es fascinante observar cómo está fundamentado que nuestra respiración, por ejemplo, influye en nuestra memoria, en nuestra atención, en nuestras emociones y en quién soy. No me voy a enrollar sobre este tema porque es muy amplio pero sí que os invito a que echéis un vistacillo a los cursos que tiene, porque de verdad, es para gozarlo por vosotras mismas.
Y otra de las razones por las que me he quedado pensativa estos días es por la conversación que he tenido con mis alumnxs en clase sobre aspectos de la práctica de Yoga.
Siempre he dicho y diré que el Yoga es una práctica, para mi, muy muy necesaria en nuestro día a día. Para cuidarse el cuerpo, la mente y el alma. Observar que estos tres aspectos están unidos entre sí y es importante llevar la conciencia a cómo están y cómo puedo alinearlos. Ahora bien, si en tu práctica no te sientes cómoda, sufres de dolores, mareos u observas que no llegas a sentirte bien con la clase… hay que mirar por qué motivo es. Posiblemente, no estés haciendo la postura adecuadamente o bien estás rindiendo más de lo que tu cuerpo y mente pueden abarcar en ese momento.
Es muy muy muy importante tener la conexión con la profesora o profesor, ver que esté atento/a a lo que tú estás haciendo, que en una clase que pueda haber cierto nivel te proporcione alternativas a ti si te está viendo que no puedes, observar que te pregunta al finalizar la clase, que se interesa por cómo estás… porque para mi, esto es básico en todas las clases de Yoga. Y por supuesto, si existe alguna lesión, dolor o patología… adaptar la clase a lxs alumnxs, reubicarles en la clase que considera la profesora que puede ser más adecuada a ellxs o bien, explicar que quizá ese nivel o las clases que está impartiendo, no son las que quizá más necesites tú en ese momento.
Esto es importante porque cuando hablo con lxs alumnxs me gusta observar qué sienten, cómo se sienten, qué necesitan…. para de esta forma crear un lugar donde sentirse segurxs y bien. Tenedlo en cuenta si os iniciáis en Yoga, por fi.
Y tras volarme la cabeza… me he dado cuenta que muchas veces, por mucho que yo trabaje en mi misma, no soy consciente de lo mucho que me corto a la hora de decir o hacer ciertas cosas. Así, que con el respeto y cariño, yo también tomo la determinación de hacer lo que me salga del “moño” y convertirme en esa persona en la que creer en lo que hago es primordial para poder hacer que los demás también lo hagan.
Así que el mantra que me grabo a fuego es
“Hago lo que me salga del moño". Soy buena persona y no daño a nadie”
Y bah, como estoy con el cerebro doblado os regalo otro más
“Las críticas que puedas recibir, son el espejo de las carencias que la otra persona tiene”
Y así, sin más… lo único que puedo garantizaros es que, es importante sentirse entendida, comprendida, abrazada y acompañada de personas que estén ahí viendo tus objetivos con la misma pasión y confianza que tú.
Si para ti es importante, no te detengas y hazlo aunque sea con miedo. Eso sí, pon foco.
Poner foco es importante desde el minuto cero.
¿Qué meta quiero alcanzar?
Fijaros que esta pregunta puede servir para todo:
Tener una carrera
Dejar a mi pareja porque veo cosas que no me gustan
Dejar mi trabajo que me tiene desmotivada pero no tengo dinero
Conseguir un trabajo estable que me haga sentirme plena
Hacer ese viaje que llevo tiempo deseando
Crear mi propio negocio
Decir más veces no a quienes no quiero decir sí
Escucharme, priorizarme y sentirme bien conmigo misma
Comprarme una casa, tener un perro y formar una familia
…………….
Podría poneros miles de metas que conseguir. Personales y profesionales.
Pero para llegar a ellas, es fundamental poner foco en cómo recorrer ese camino para lograr la meta principal.
Objetivos a corto plazo. Objetivos específicos y medibles. Esto nos hará sentir plenos al ver que vamos consiguiéndolos y vamos motivándonos para continuar en ese camino que, os garantizo, no siempre es fácil.
Si queréis hacerme alguna pregunta sobre cómo poder llegar a ciertas metas… podéis escribirme comentario por aquí o podéis escribirme a través de IG y estaré encantada de tener más charlas aún con vosotras.
Mientras tanto, os voy dejando el vídeo podcast que hice con mi querida Ana Ruiz Nutricionista Integrativa especializada en Sistema Hormonal.
Os prometo que vais a necesitar palomitas porque no vais a despegar el culo del asiento de lo interesante que fue.
Mil gracias una vez más por leerme.
Me despido hasta nuestra siguiente charla zen con mi café con leche de avena.