Poco hablo sobre la maternidad. Sobre la edad. Sobre cómo pasa el tiempo de rápido…
Me gusta establecer conversaciones con mujeres que sienten que estos temas son importantes para ellas. Cuando nos convertimos en madres, nos convertimos en muchas cosas a la vez, y eso, creedme, a veces abruma. Pero os diré que desde que veo que Leo está convirtiéndose en una mini personita y ya no es un bebé como lo era antes… la nostalgia me invade a gran escala y siento la enorme sensación de que el tiempo se escapa entre mis dedos. Que todo está yendo muy deprisa y que lo que antes me abrumaba, ahora me encanta y lo disfruto como una enana.
Me encanta ir corriendo por las mañanas para que Leo lo tenga todo listo. Que a la vez obtenga sus tiempos necesarios para despertarse con calma, para desayunar tranquilo, para gestionar sus necesidades mayores… (ahora estamos con el proceso de quitar pañal y necesita sus tiempos) y para que cuando se vaya a la escuela infantil lo tenga todo listo para que no le falte de nada. Mi casa siempre está a medias, yo siempre voy como una moto hacia un lado y a otro, pero la gratificación que me da cuando le recojo y me da su respectivo abrazo y me dice “me ha gustado la guarde”, me hace ver lo feliz que es y lo mucho que saborea el momento. Lo agradecidos que son los niños y lo mucho que tenemos que aprender de ellos.
Para mí, sin duda alguna, ha sido mi gran maestro. Aquél que me ha llevado a enfrentarme a mi lado más oscuro… Las noches sin dormir, el cansancio extremo, el agotamiento físico, psicológico y la cantidad de preocupaciones que invaden la cabeza de una madre desde el momento en que te quedas embarazada… no es comparable con ninguna otra sensación en el mundo.
También os digo… que ir como una moto no es sinónimo de estrés. Para mi, desde que soy madre y autónoma, la organización es básica par mi día a día. Cuando Leo marcha a la Escuela Infantil, después de recoger, me dedico unos minutos a meditar. Unas veces me cuesta más y unas veces me cuesta menos. Me preparo en función de lo que vaya a hacer esa mañana y trato de tener ese momentito para mi tan necesario y que me haga notar que voy a comenzar el día con fuerza, energía y ganas.
Bajones los tenemos todas. Malos días los tenemos todas. Momentos de saturación los tenemos todas. Y sobre todo, no sé vosotras, pero si sois mujeres (imagino que habrá algún hombre leyéndome) las hormonas en ocasiones están de festival y hacen de las suyas. Aish… qué interesante es esto de ser mujer.
Llegadas a los 40, sí sí, tengo 40. He notado un cambio significativo en mí. Ya no sé bien si el cambio físico es dado por la edad o por haber sido madre. Siento que he cambiado muchísimo y la aceptación es algo con lo que trabajo diariamente. El tener un hijo maravilloso es lo que hace que la madre se despreocupe, o al menos no le de la importancia que le habría dado a los 20…. de su aspecto físico. No veo tres en un burro. Fue automático… di a luz y por poco le pido a la señora enfermera que me diese unas gafas en lugar de al bebé… porque era no ver- literal. Y los desajustes hormonales están ahí… dejándose asomar para que les de un abrazo gigante, tan gigante como el que me da cada mañana Leo al despertar. Y ahí, es cuando vuelvo a hacer un ejercicio mental y vuelvo a mirar a Leo a los ojos,… y pensar que, efectivamente, estoy dispuesta a pasar por cualquier bache físico, hormonal, mental… lo que sea, con tal de tener a mi pequeño entre los brazos y verle crecer y evolucionar libre y sonriente como es el deseo de cualquier madre. ¿me equivoco?
Pero, no nos engañemos… sí, eres una madre felizmente agotada… pero chicas, hay que pasarlo. Quiero decir, que entiendo a esas mujeres que no desean pasar por este proceso. Entiendo a esas mujeres cuya vida les gusta y no tienen la necesidad, ni quieren tener a un bebé que les impida sus horas de sueño, temporalmente sus trabajos, o simplemente la libertad que se tiene cuando una va caminando sola o acompañada, pero sin hijos.
También entiendo a esas mamás que no quieren ser mamis por Segunda o Tercera vez… ¡PRESENTE! Reconozco que me lo he planteado más de una vez, pero el porcentaje de ser mami se va reduciendo considerablemente y la presión y comentarios de mucha gente de mi alrededor es de poca ayuda. Siento decir, y espero que nadie se sienta mal…. que no es de vuestra incumbencia si soy o no madre de nuevo. Ale, ahí queda dicho. Porque por favor… que los comentarios, opiniones o lo que se vaya a decir… que sea para aportar algo bonito y no algo que realmente ni ayuda, ni beneficia, ni aporta nada bueno. Ansiedad, agobio y tristeza es lo que se genera en muchas mujeres que conozco. Así que, piensa dos veces antes de hablar… incluso, es mejor un abrazo que una palabra. Piénsalo.
Así que, como mis hormonas y yo hoy estamos de festival… el mantra que me grabo a fuego esta semana es:
“Me siento mujer. Acepto y amo mis ciclos vitales como tal”
¿Cómo te sientes tú como mujer? ¿Cómo te sientes como madre?
¿Cómo te sienta cumplir años? ¿Cómo visualizas tu vejez?
¿Eres de las que acepta los ciclos de la vida, o de las que se bloquea y quiere poner el reloj a cero?
¿Qué opinas sobre el paso del tiempo en nuestros hijos? ¿Saboreas? ¿Exprimes? ¿Dedicas el tiempo que te gustaría?
¿Qué opinas de la conciliación familiar en los trabajos? ¿Consideras que respetan y valoran en el tuyo?
Preguntas comprometedoras y que si deseáis podemos hablar por aquí o por privado. Sabéis que me encanta leeros y sostener emociones juntas.
Y una de las personas que habla de todo esto y del paso de los años aceptando y gestionando según las diferentes etapas de nuestras vidas… es Blanca Llácer. Ella esa Farmacéutica Comunitaria; Especializada en Dermofarmacia y Formulación Magistral, Vocal del colegio oficial de Farmacéuticos de Alicante, Profesora del Master de Dermofarmacia en la UMH de Elche y tiene además su propia Línea Cosmética: The Lab. Y es la invitada de este próximo Podcast de la semana.
Ella siempre dice que la piel no tiene edad, sino NECESIDAD. En el podcast hablamos de muchísimas cositas interesantes sobre nuestra piel que considero todas debemos tener en cuenta. Va de la mano de cuidarnos y envejecer de la mejor manera posible, conscientes de que muchas veces ponemos parches o incluso productos que consideramos que son buenos, y ni por casualidad lo son.
Y en esta Estación del año tan importante… cuidarse la piel es fundamental. Ya no sólo por tenerla bonita si no por salud. Porque la Vitamina D del Sol nos va genial a todos, pero prudencia porque también puede ser el causante de muchas enfermedades destructivas.
Espero que os guste tanto como me gustó a mi.
Os abrazo,
PD: Gracias a las personitas que habéis comprado el Curso Autoconocimiento y que me habéis solicitado sesiones. Apostar por nuestro bienestar siempre es un acierto.
Haz ese viaje hacia tu verdad. Nos vemos dentro ;)