Comenzar los fines de semana es un subidón para muchas personas. Son los días de descanso tan esperados tras una semana entera trabajando y sin tiempo de calidad.
Eso es lo que sentía yo cuando vivía en la capital. Yo también estuve ahí… yo también esperaba ansiosa mis días de descanso y mis vacaciones anuales porque la semana se me hacía un mundo. Tengo que reconocer que no siempre fue así. Tuve momentos de gran plenitud porque compartía mi trabajo con gente maravillosa. O bien porque lo que realmente hacía no me terminaba de disgustar y conseguía mantenerme en equilibrio durante toda la jornada. A veces, sentía una sensación de valía muy grande y de introspección a solas conmigo misma en hoteles del Norte donde viajaba por trabajo algunos días al mes.
Si hago un repaso de todos los trabajos que he tenido y cómo me he sentido en cada uno de ellos podría decirse que no he salido mal parada. Nunca me han despedido, siempre he sentido una gran complicidad con la gente que tenía al lado y por suerte, nunca me ha faltado trabajo. Pero, siempre había un PERO.
O tenía un salario muy bajo que apenas me dejaba llegar a fin de mes o no se correspondía con el tipo de trabajo que estaba realizando. O mis jefes o jefas eran de todo menos agradables, o me sentía terriblemente vacía, también quizá era porque hacía más horas que el sol y no tenía tiempo para nada, o que me consumía la depresión por trabajar fines de semana y festivos mientras mis amigos/as disfrutaban de buenos salarios, realización en su puesto de trabajo y tiempo para dedicar a esos días que se suponía que eran de descanso y que muchas empresas se lo pasan por el forro. También horarios rotativos, aquellos que no me permitían poder hacer planes ni una rutina de nada porque me suponía estar anclada a algo que no me aportaba mas que estrés, ansiedad y enfados continuos. No poder ir a Yoga, a clases de Inglés o al gimnasio… era algo que me iba consumiendo por dentro porque lo que realmente estaba pasando es que estaba anclada a una empresa que ni siquiera era mía ni que valoraba mi trabajo. Y no, creedme que si estáis en este punto… no vais a heredar esa empresa (salvo que sea familiar y tengas posibilidades) y no, no merece la pena invertir algo tan valioso como es tu energía y tu tiempo si estás sintiéndote así.
Así que salir de aquello, cuando decidí hacerlo, fue muy díficil. Había entrado en una dinámica que no me hacía nada bien pero que hacía que sintiese que era lo correcto, lo seguro para mí. Era una dinámica que llevaba siendo así desde que terminé la carrera… o incluso antes. Necesité 6 meses de parón, de reflexión, de asegurarme que no iba a volver ni a consentir algo así, ni volvería a permitirme infravalorarme por empresas o personas que NO MERECEN LA PENA.
En estos 6 meses hice mucho trabajo personal. Leer, estudiar y mantener un cuidado interno con meditación, yoga, paseos al lado del mar, descanso y escritura… hicieron que todas esas ideas que tenía en mi cabeza fueran reestructurándose. Años atrás había dejado mi trabajo para irme a vivir una experiencia de 6 meses por Asia y fue la primera toma de contacto de un viaje que no tenía billete de vuelta. Un viaje que empezó por soltar lastres, por entender quién era y qué quería, un viaje que me llevó a saber que no todo en esta vida está alineado conmigo y que no pasa nada por ello. Quizá yo soy un alma libre que necesitaba empezar por ahí aunque fuese mas tarde que pronto. Quizá entender quién era yo , un ser complejo por dentro, me llevaría más constancia y más tiempo que a los demás. Y quizá volver a caer a mi vuelta, era lo que tenía que ocurrir para que diese ese cambio definitivo en mi vida y pudiese estar donde estoy hoy en día.
Con esta Charla Zen de hoy quisiera mostrar las miles de vueltas que da la vida y que no necesariamente cuando comienzas algo tienes que acabarlo, o no necesariamente porque un día querías una cosa hoy sigas queriéndola. Todo se inicia y todo finaliza.
Así que, el mantra que me grabo a fuego esta semana es:
“No tengo por qué ser como los demás ni aceptar cosas que no quiero. ME RESPETO”
¿Te ha pasado alguna vez lo que te he contado en esta charla?
¿Cómo te has sentido?
¿Para qué crees que te han ocurrido estas cosas?
¿Qué sientes a día de hoy con toda tu trayectoria personal y laboral?
¿Estás dónde quieres estar?
¿Dónde quieres estar?
Creo de verdad, os digo de corazón, que a día de hoy se debe plantear muy seriamente estas cosas y cómo van manejándose las empresas y cómo te sientes en ellas o cómo haces sentir en ellas.
La gestión del tiempo, de nuestros valores, principios y nuestro bienestar ha de predominar por encima de todo en cualquier ámbito profesional. Creo que es la clave del éxito porque cuando una persona está bien, está motivada. Cuando estás motivada y con ilusión puedes con cosas que ni siquiera tú misma creías capaz. Y esto es una verdad como un templo.
De esto precisamente nos habla Juan Carlos Requena, Director y Formador de Start Ups y diferentes Empresas en el último Zenvibes Podcast que te invito a que lo veas y disfrutes tanto como lo hice yo. Juan Carlos considera esencial el Desarrollo Personal para lograr cualquier objetivo empresarial.
Por cierto, si estás en este punto y quieres de verdad comenzar a trabajar en ti… te invito a que te pases por Zenvibes Studio de forma gratuita para ver todo lo que hacemos y que te plantees ese cambio que de verdad necesitas desde YA.
Y aquí os dejo la lista de Meditaciones que he colgado de forma gratuita en la plataforma para que inicies o finalices tus días con mucha calma y conexión. Recuerda, el momento es AHORA.
Os abrazo bien fuerte.