Tendemos a pensar que estar removida es sinónimo de estar mal. Y nada más lejos de la realidad. Estar removida puede ser el punto clave para determinar qué es lo que estás haciendo con tu vida y qué cambios quieres realizar para poder de nuevo reordenar tus ideas y tus expectativas.
Es alucinante como el ser humano va cambiando conforme a las situaciones que vamos viviendo. A medida que van ocurriendo cosas, nuestras decisiones se van moldeando y eso para mi parecer, es algo muy positivo.
Lo que antes te parecía tan bien y tan maravilloso, quizá hoy por hoy no lo sea, y eso es genial. No pasa nada por cambiar o por determinar qué es lo que ha ocurrido para que algo que estaba tan bien, ahora deje de estarlo.
En el último retiro que hemos realizado he podido disfrutar de dos Baños de Gong muy distintos. En el primero me hizo observar que todo lo que hacemos con pasión y amor, no necesariamente está compensado. Observamos en nuestro caminar muchas personas que no tienen en cuenta tus esfuerzos o las intenciones por las que realizas ciertas acciones. Aunque, tengo que decir, que la mayoría de las veces, las personas sí lo valoran y te lo hacen ver. Es por eso, que a veces se genera dentro de ti una impotencia por gritar a los cuatro vientos las ganas que tienes de cambiar el mundo a mejor, y las imposibilidades que tienes cuando ves algunas reacciones y actuaciones que te imposibilita a llegar a ese objetivo tan inalcanzable.
En el segundo Baño de Gong fue diferente. Potente, inexplicable, inusual, revelador, enigmático y tremendamente insostenible. Digo esta última calificación porque a veces mi cerebro decidía irse de festival y parar un poco las revoluciones que el sonido y la vibración estaban creando en mi. Un viaje de vuelta y media que me hizo observar la cantidad de heridas sin sanar profundas y arraigadas en mi subconsciente sin ninguna intención de salir a flote. Metiditas en una casa de hormigón con sus respectivos candados, blindada y si hacía falta bañada de una enorme avalancha de arena que hacía tapar todo indicio de salir y rebuscar mis ganas de poder trabajar en ello.
Circuitos oscuros y negros iban llevándome a episodios de mi vida que no necesariamente eran negativos. Había de todo. Me sentí como si estuviese montada en una montaña rusa y ella me condujese al punto exacto que me haría ver por dónde quizá tendría que empezar a ordenar mis heridas no curadas.
Si lo pensamos, el ser humano está creado con una inocencia incorporada, un cerebro sin recoger prácticamente ninguna experiencia. Algo tan hermoso y puro como un bebé, un niño o una adolescente sin apenas heridas por sanar.
Nos vamos creando cada segundo y minuto por todo lo vivido… así que, si nos paramos a contar la cantidad de minutos equivalente a las experiencias vividas multiplicada por los años que tenemos… nos damos cuenta que estamos tremendamente expuestas a mantener dentro de nosotras cantidad infinita de temas por tratar. Muchas de ellas creemos que quedaron en el olvido… y luego haces un Baño de Gong y…PLIN!!! Ves que no.
Estoy súper implicada en que todas las personas con las que trato, avancemos de manera que sintamos que estamos en el camino correcto. El podcast, la newsletter, las sesiones de Coaching, las clases de Yoga, los talleres, encuentros y retiros, los cafés virtuales… Todo mi empeño está dirigido a haceros ver las múltiples maneras que existen para que determinemos cuál es el camino que, hoy por hoy, necesitamos seguir. Eso no significa que mañana siga siendo el mismo, pero ya tendremos las herramientas necesarias para potenciar las habilidades y capacidades que nosotras tenemos y que tan desaprovechadas están.
Integrar el mantra cada semana, es fundamental. Esta vez elijo:
“ Hoy soy yo. Mañana seguiré siendo yo. Y dentro de un tiempo… YO”
No dejes de perseguir a esa niña con su inocencia sin experiencias que le implicara accionar desde la falta autoestima, desde la exigencia, desde la rabia… etc etc.. Sé tu en todas las áreas de tu vida independientemente cuál sea.
No, en serio ¿ qué te has planteado estos días? ¿Te has preguntado cómo estás?
¿Te has preguntado qué necesitas?
¿Te has preguntado si te has escuchado más a ti que a los demás?
¿Has escuchado estos días lo que dice tu corazón y no tanto lo que dice tu cabeza?
¿Consideras que estás logrando llegar al camino que querías?
¿Qué es lo que querías? ¿Un deseo tuyo o de otro?
¿Te sigue importando mucho “el que dirán”? sigue trabajando
¿Sigues sin decir que no cuando realmente quieres decir no? sigue trabajando
¿Te cuesta dar tu opinión, criterio o punto de vista en las conversaciones? sigue trabajando
¿Te avergüenzas de ti misma por hacer lo que realmente quieres y te gusta? sigue trabajando.
¿Marcas tus límites? ¿Cuántas veces te repites que priorizarte es fundamental?
Y todas estas preguntas inevitablemente se las ha tenido que hacer Maria José Arco, la cual ha estado luchando contra todo pronóstico tras ser operada de un tumor cerebral benigno. Estaba prácticamente en estado vegetativo y no daban muchas esperanzas de que pudiese volver a caminar, hablar o comer por sí misma.
Un ejemplo de lucha, de constancia, de fuerza y optimismo. Un ejemplo a seguir y un podcast completamente de superación. Maria José desea impulsar el mensaje a todas esas personas que puedan estar pasando, hayan pasado o puedan pasar en un futuro, lo que ha pasado ella… haciéndoles ver que la actitud y la esperanza es lo primero.
Sus fuerzas son increíbles y a mí me dejó totalmente sin palabras.
Podéis verlo por vosotras mismas. SUBLIME.
Os abrazo!